🖊Final Fantasy VII Remake

Este año está siendo un mal año para todos y para mi en lo personal tambien, asi que intentando encontrar un rinconcito donde no me llegue toda la negatividad que se va acumulando poco a poco en mi cabeza, al final de este año (más vale tarde que nunca), le he echado el guante a Final Fantasy VII Remake, 

El juego original de PlayStation formó parte de mi infancia y fue un juego al que le cogí mucho cariño, y que suelo volver a jugar algún año que otro, por los personajes principalmente y por el tema principal. Pero no estamos aquí para hablar del original, sino que estamos aquí para comentar esta nueva visión de Final Fantasy VII, tengo que decir que tenía mis dudas con este Remake no por el juego en sí, más bien por como Square-Enix está tratando algunos de sus juegos que para mi personalmente me parece que han salido un poco regular últimamente, así que empecé este FFVIIR con la única mentalidad de “no me hagas arrepentirme de haberte comprado este juego Square” (spoiler: no me arrepentí ni un poco).

Final Fantasy VII Remake se ha convertido en mi juego favorito de este año 2020 porque ha sido el juego que ha conseguido hacer que me olvide, aunque fuese por unas horas, de todas estas pequeñas y grandes cosas que no están siendo positivas para mi en este año. Soy consciente de que este juego tiene sus puntos más flojos como el diseño de niveles siendo bastante lineal y esto ha hecho que de vez en cuando me sacase del juego, especialmente cuando no había interacciones por en medio, pero me parece que una vez que haces las paces con eso y aprendes que el juego no quiere ser tanto un clásico rpg de combates como una aventura donde las interacciones con los personajes y las relaciones de amistad con éstos es muy disfrutable. 

Al entrar en esta nueva, pero ya conocida, Midgar he encontrado un sitio calentito donde refugiarme con personajes que ya me gustaban de antes y de reexplorar a otros que han conseguido que disfrute muchísimo más que en su versión original. Reencontrarme con Cloud, Avalancha y compañía de nuevo ha sido una gran experiencia sobre todo mentalmente donde he encontrado algo que me parece que se está perdiendo en grandes títulos de los videojuegos, un universo y personajes que te arropan y no te hacen sentir nada más que positividad en conjunto y fuerzas para luchar, compañeros que con cualquier interacción te hacen sentir bien y te apoyan, algo que en este año creo que no solo yo necesito algún que otro día.