🖊 Daymare: 1994 Sandcastle

 · Daymare: 1994 Sandcastle

Invader Studios


Hoy toca hablar de uno de los survival horror más recientes que nos llega de la mano de Invader Studios, la precuela de Daymare 1998: Daymare 1994 Sandcastle.

En esta precuela encarnaremos a Dalila Reyes, miembro del escuadrón H.A.D.E.S., un grupo privado militar a cargo de Hexacore que se dedica a investigar sobre el bioterrorismo. Además, nuestra protagonista Dalila, es experta en tecnología lo que hará que contemos con la posibilidad de hackear terminales o mejorar ciertas partes de nuestro equipo gracias a ello mientras investigamos lo ocurrido en el conocido como incidente de Groom Lake.


Nuestra misión será investigar lo ocurrido y hacernos con toda la información posible sobre la investigación que se llevaba a cabo en uno de los recintos más avanzados en experimentación de América después de que saltase el sistema de seguridad interno y sellase en el interior de la base todos sus secretos. Aquí es donde dará comienzo el desarrollo de esta operación Sandcastle, y donde empezarán a moverse diferentes piezas en esta particular partida de ajedrez que implica al gobierno, las fuerzas especiales y un montón de terribles armas biológicas.


Daymare: 1994 Sandcastle nos ofrece un survival horror con narrativa y exploración de corte clásico pero con ciertas mejoras a nivel jugable, además de coleccionables. Sandcastle cuenta con varios puzles divertidos de solucionar pero sin presentarse excesivamente complejos para el jugador novato, como hemos comentado antes, Dalila podrá utilizar sus dotes tecnológicas para hackear pequeñas terminales de seguridad con diferentes niveles de dificultad asociadas a armarios con mejoras o munición a lo largo de nuestra aventura, siendo este el principal puzle opcional durante el juego, también encontraremos diferentes formas de restaurar la electricidad del área con puzles bastante interesantes, todo un clásico en este tipo de juegos survival horror.



La exploración por la base secreta se desarrolla de forma bastante lineal con el uso de atajos entre las diferentes áreas agilizando siempre el avance del jugador y evitando el backtracking que suele ser más acusado en los juegos clásicos del género, así mantiene un buen ritmo entre la narrativa y los cambios de zona.


Por otro lado, el sistema de combate cuenta con un añadido particular que resulta ser la clave para poder sobrevivir a prácticamente todos los enfrentamientos del juego, especialmente en los que nos vemos superados en número, este añadido es el Frost grip.

Esta nueva herramienta nos permitirá apagar fuegos o congelar, momentáneamente, superficies y enemigos, lo cual nos ayudará a solucionar puzles y avanzar por las diferentes zonas de la base. Aún así su particularidad más importante es que es la mecánica principal del combate en este juego, sin el Frost grip será imposible vencer a ciertos enemigos por lo que es muy importante que el jugador se acostumbre a su uso rápidamente o las partes de acción resultarán muy complicadas y casi imposibles. El Frost grip en combate no es una herramienta complicada de usar ya que congela a los enemigos mediante un spray y esto nos permite eliminarlos rápidamente normalmente con un ataque crítico o con un ataque especial cuerpo a cuerpo, el problema en el combate es que Sandcastle no permite al jugador huir de ningún enfrentamiento porque sus enemigos son muy rápidos y son capaces de alcanzar al jugador cuya estrategia sea ahorrar recursos y evitar los combates. 



Para mí esto es uno de los puntos negativos del juego ya que no nos da la opción de realmente elegir cómo gastar nuestros recursos que ya de por sí son escasos tratándose de un survival horror porque nos fuerza a salir victoriosos de todos los combates, y algunos de ellos considero que pueden ser bastante injustos aunque no imposibles si se hace buen uso del Frost grip, pero desde luego es un juego que aprieta en un par de zonas especialmente si en las partes de acción no se tiene un control preciso de las mecánicas del juego. Por suerte el juego tiene muy bien medido el ritmo entre la exploración y los combates por lo que nos causarán cierta tensión momentánea pero no son excesivos ni agobiantes con lo que después podremos relajarnos y explorar con calma.


Es importante comentar el diseño y el comportamiento de los enemigos para comprender por qué el Frost grip es tan clave en este juego. El juego cuenta con prácticamente tres tipos, sin contar jefes, de enemigos pero sus  particularidades en común son que se mueven a mucha velocidad o se teletransportan y cuentan con la opción de ser prácticamente inmortales a no ser que se congelen previamente. A esto hay que sumarle que al eliminar un enemigo, si hay cadáveres cerca, el orbe eléctrico que queda al acabar con el primer enemigo acudirá a reanimar al cuerpo más cercano, cosa que podemos evitar disparado un proyectil de hielo al orbe, pero la cosa se complica cuando son varios enemigos con diferentes orbes y algunos de ellos cuentan con su versión inmortal. Todo esto junto en salas cerradas, no excesivamente amplias y con enemigos muy rápidos hace que los enfrentamientos sean frenéticos y lleguen a resultar muy frustrantes porque apenas tenemos espacio en la zona y entre los enemigos para reposicionarnos o recargar. 




En este caso Daymare: 1994 Sandcastle solo nos aporta acción de una forma un tanto tosca y excesivamente agresiva en entornos muy limitados y donde nuestra única salida es tener paciencia y cierta suerte al elegir cómo afrontar varios enemigos dentro de la única opción posible: luchar. Como he comentado antes, privar al jugador de la oportunidad de huir de ciertos enfrentamientos y gestionar sus recursos no creo que sea una buena decisión de diseño porque me parece que el poder de decisión del jugador sobre cómo afrontar, o no, a los diferentes enemigos es uno de los puntos clave en el género del survival horror, y en este caso solo contamos con una opción, que casi se vuelve monótona, cuando estamos acostumbrados, hasta en juegos más antiguos del género, a tener diversas opciones como arriesgarse a huir para conservar munición o interacciones con el entorno como los típicos barriles explosivos.


Daymare 1994: Sandcastle es un juego que me ha gustado y me ha tenido jugando más horas de las que pensaba en el buen sentido aún con todas estas cosas que pueden hacer el juego un poco más agresivo tanto para novatos como para amantes del género. Aún así las ganas de ver qué iba a ocurrir después y explorar la base científica en busca de mejoras, recursos y los simpáticos alien coleccionables, sin olvidarnos de las referencias a diferentes películas, personalmente me hicieron el juego muy disfrutable y quitando contadas ocasiones en las que el combate lastra la experiencia jugable me ha parecido un buen juego aunque claramente mejorable en ciertos aspectos que espero que Invader aprenda de ellos. Si después de leer esto tenéis ganas de pasearos por el Área 51 en busca de conspiraciones gubernamentales y monstruos tenéis disponible Daymare 1994: Sandcastle para PC, consolas PlayStation y Xbox.





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